top of page

MATA Y COME (Israel VI)

GastroTOUR 06/01/2025


Donde está el monumento a la Ballena que engulló a Jonás en Jope (Haffa), en la intersección con Tel Aviv, engullí un almuerzo árabe de categoría. El establecimiento gastronómico turístico de calidad se llama Saint George. En la entrada cuelga un cartel en árabe y hebreo con los signos de la media luna, la estrella de David y una cruz, que reza así: “Judíos y árabes rechazan ser enemigos”.



Haffa, la antigua Jope, es una ciudad con historia gastronómica. Además del almuerzo que se "morfó" la ballena al tragarse a Jonás, tenemos la visión del “mata y come” de San Pedro; donde el apóstol tuvo la visión gastronómica y aquel mensaje hizo que bautizara al primer gentil y a toda su familia.



Dios le dice a Pedro: "Levántate, Pedro, mata y come" (Hechos 10:13). En la visión, Pedro ve un gran lienzo que desciende del cielo, lleno de animales impuros según la ley judía. Dios le dice a Pedro que mate y coma, pero Pedro se niega, aduciendo que no ha comido nada impuro en su vida. Dios le responde: "Lo que Dios ha purificado, no lo llames impuro" (Hechos 10:15).


Pero más "gourmet" es la historia mitológica de Andrómeda y Perseo, famosa por sus naranjas y el pescado que llega a todas horas a su puerto.


Pues en el restaurante Saint George no matamos, pero sí comimos, y realmente bien. Este restaurante es típico, pues continuamente en su horno sale el pan árabe, jubz o pita, que sirven caliente constantemente a los comensales.


Este pan se adereza con tarritos de distintos tipos de ensaladas y salsas que se sirven sin restricción y se preparan diariamente, desde el hummus, pasando por una especie de guacamole, hasta una llajua menos salada que en Bolivia, además de maíz, col, berenjena... etc.


Después de hincarle el diente a la verbena de ensaladas con pan árabe, puedes optar por carne o pescado.




Nosotros optamos por la carne, y nos sirvieron un pincho moruno (como le llamamos en mi pueblo) de pollo.


Allí era un grilled de pollo a la brasa con tomate, acompañado de arroz y dos bolas de kebab de la casa. De postre, un dulce de la tierra, también llamado "ballena dulce".



También teníamos la oportunidad de probar el cordero, un entrecote o incluso oca, pero por el tipismo probamos algo sencillo, bien hecho y que no cargara mucho el estómago, ya que nos quedaba toda la tarde por delante para seguir andando tras el palizón que nos dimos en Cesárea Marítima visitando los predios arqueológicos de Herodes y Pilatos.


Creo que si San Pedro hubiera entrado en este restaurante, habría optado, como buen pescador, por el pescado.


La oferta del Saint George en peces, pececitos y otros seres marinos era abundante: cocinados al horno, en guiso o a la brasa. Había desde cangrejos, mejillones y otros crustáceos del Mediterráneo, hasta calamares, pulpo, corvina, bassa y barbounia. También otros pescados traídos del Mar del Norte que ahora son considerados gourmet, como el salmón de Dinamarca. Lo que no estaba en la carta era la trucha del Titicaca.


El maridaje: en el mar, o vas al blanco o tiras por la cerveza. Como el plato no acompañaba al vino blanco, opté por una cerveza del país, por cierto, muy buena.


La sala era rápida, educada, limpia y detallista. Todo un arte retirar los platos y cubiertos: un mesero, en un formato de recogida nunca antes visto por mí, podía retirar 10 o más platos y depositarlos como pétalos de flor en su brazo, mientras rítmicamente los acomodaba en su antebrazo.



Eché de menos un buen bife de ballena acompañado con hummus, pero sé que tiene mucha grasa y que para ballenas los expertos son los japoneses. En Jope, la ballena está en la Biblia y no en la mesa. Y, como siempre, ya sabes: "Come y mata".



FUENTE: Enviado especial de BOLgm a Israel RFG

Comentários


bottom of page