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GastroTRIVIA 13/06/2025

Es el plato de pescado, carne, aves y caza muy elaborado, envuelto en una salsa cremosa y decorado con áspic. Se sirve frío.Chaud-froid (pronunciado "sou-frwah") es una palabra con dos significados en el arte culinario.
Originalmente, se refería a un plato de pollo cocido que luego se enfriaba y se bañaba en una salsa gelatinosa hecha con el líquido de cocción.
Hoy en día, la palabra "chaud-froid" se usa principalmente para describir la salsa en sí, una preparación bastante sencilla que consiste en añadir gelatina a una salsa velouté (una salsa hecha a base de caldo de pollo espesado con roux) y se usa principalmente para decorar platos. Ese plato de pollo en gelatina, del que la salsa toma su nombre, es mucho más interesante.
En primer lugar, chaud-froid es un término francés que se traduce literalmente como "caliente-frío". La razón de este nombre curiosamente contradictorio queda oscurecida por la neblina de la historia del origen culinario, cuyos ejemplos suelen representar tanto el género del "error fortuito" como el del "maestro exigente". Este último suele incluir también el factor sorpresa (por ejemplo, una banda de nobles irrumpe en la cocina fuera del horario laboral y exige comida).
La historia del origen de chaud-froid es del segundo tipo. Presenta al duque de Piney-Luxemburgo, quien, mientras ofrecía un suntuoso banquete en su castillo, fue llamado por el rey. Al regresar a casa, el duque, hambriento, descubrió que solo quedaba un plato de pollo frío, que devoró, disfrutándolo tanto que luego le pidió a su chef que lo reprodujera exactamente como estaba. El nombre chaud-froid expresa así la paradoja inherente a crear deliberadamente un plato con el sabor de las sobras.
En cuanto a historias de orígenes culinarios, esta es una de las más creíbles. Cualquiera que haya llegado a casa con hambre y haya devorado las sobras de pollo frío directamente del refrigerador se reconocerá en el viejo Piney. La diferencia entre él y tú es que al día siguiente puede ir a su chef y pedirle que lo replique, hasta con esos trocitos de gelatina que, admitámoslo, son lo que hace que las sobras de pollo frío sean tan deliciosas.
Siendo la época del Antiguo Régimen, no precisamente conocida por su moderación en la búsqueda de placeres personales (culinarios o de otro tipo), el chef se superó a sí mismo, sirviendo el chaud-froid en un pedestal comestible de tres niveles, decorado con trufas, lenguas de alondra y otras exquisiteces, y coronado por una cresta (que, por si no lo conoce, es esa cosa roja y flexible que se encuentra en la parte superior de la cabeza del gallo). Y así nació una leyenda.
En cambio, hoy en día el término «chaud-froid» casi siempre se refiere a una salsa gelatinosa que se utiliza para decorar platos o para rebozar pechugas de pollo u otros alimentos cocinados y enfriados (generalmente aves). Se suele preparar añadiendo gelatina a una salsa velouté, un demi-glace o una salsa bechamel.
También se puede preparar añadiendo nata a una gelatina sencilla. En caso de urgencia, se puede añadir gelatina a la mayonesa o a la crema agria para preparar un sustituto del agua fría llamado mayonesa collée.