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  • hace 5 días
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GastroTOUR SCZgm 03/12/2025


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Estamos en plena vorágine de estrella, galardones, premios y soles; todos los años en estas fechas llegan todas las listas y rankings para Chef Restaurantes y premios y galardones en General, los hay mundiales, locales como el de nuestra revista SCZgm y regionales para todos los gustos. Pero la verdad es que muchos están sesgados y son más un truco comercial que una verdadera TOP of LIST.


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Sin ir más lejos, la famosísima lista “50 Best Restaurants” no es completamente fiable debido a la influencia del marketing y las relaciones públicas, la falta de pruebas exigidas a los votantes y el posible impacto de viajes de prensa patrocinados por las ciudades. Además, la lista puede ser subjetiva y no siempre concuerda con las opiniones de la crítica gastronómica tradicional.


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El ranking más serio y verídico de este rubro son la estrella Michelin, que no tienen ni trampa ni cartón, y sus jueces son verdaderos kamikazes de la gastronomía que no se casan ni con su padre. Michael Ellis, exdirector de la Guía Michelin, da sus trucos y nos descubre secretos para reconocer un restaurante ‘atrapa turistas’.


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Detectar restaurantes de calidad dudosa no es tarea sencilla, pero existen señales que pueden orientar a los comensales más exigentes hacia la auténtica cocina casera, para que no te den gato por liebre.




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Elegir un buen restaurante para salir a comer puede ser toda una odisea. Especialmente si nos encontramos en ciudades que nos son desconocidas, lejos de nuestros locales de confianza y nuestras apuestas seguras. Y más aún si esa nueva ciudad que visitamos se encuentra inundada por el turismo, algo que potencia, en muchos casos, la proliferación de restaurantes de peor calidad diseñados para un público visitante.


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Se conocen como restaurantes ‘atrapa turistas’, un término despectivo que habla de aquellos lugares con una aparente fachada de tradición, pero que, en realidad, cuentan con una carta compuesta de productos preparados y recetas con poco mimo. Aunque a veces sea fácil diferenciarlos a simple vista, y contemos además con recursos como las reseñas o las guías gastronómicas para ayudarnos, no siempre es tan sencillo.


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Para Michael Ellis, quien fue director de la Guía Michelin en Francia, hay algunos indicadores clave que pueden ayudarnos a distinguir una cocina de calidad de una que deja que desear. Los ha desvelado en una entrevista reciente en el pódcast Legend, en la que enumeraba aquellas señales inequívocas que nos deberían animar a sentarnos a la mesa a disfrutar de una buena cocina casera.


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¿Auténtica cocina casera o ‘trampa turística’?\


Ellis recomienda, en primer lugar, fijarse muy bien en la oferta de la carta para buscar platos regionales cocinados a fuego lento, lo que él llama “platos burgueses”. Se refiere a aquellas recetas locales que sigan las técnicas de toda la vida, la de los asados y los guisos, platos que exijan largas cocciones y el uso de fondos, caldos y salsas.


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“Los platos guisados, en general, no son solo una combinación de ingredientes, son auténtica cocina”, señala el experto. “Hay que mirar la carta y ver si hay platos cocinados que sean un poco burgueses, como el pollo al vino, la ternera con zanahorias o el pot-au-feu”, asegura, mencionando algunos de los platos más típicos de la gastronomía tradicional francesa. Lo mismo podríamos aplicar al resto de países; en España concretamente hablaríamos de guisos de ternera, pollos asados, potajes y cocidos…


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El segundo truco es aún más fácil de identificar si cabe, y tiene que ver con un objeto muy común en los restaurantes de cocina casera: la pizarra. Cuando un restaurante escribe su oferta del día en una pizarra en la puerta, es un signo de que la carta suele cambiar regularmente, pues depende de productos frescos que llegan a diario del mercado. Nada de preparados ni congelados. Una carta extensa y estática, por el contrario, podría ser un indicio de que el restaurante se sustenta en precocinados y quinta gama, para así contar con una mayor variedad y disponibilidad de platos.


Por el contrario, al responder a cuáles son esas señales de alarma que le hacen alejarse de un lugar, el experto lo tiene claro: “Cuando veo la carta y veo que solo hay ensaladas César, hamburguesas con queso, cosas internacionales... Pueden estar buenas, ¿por qué no? Pero yo busco algo fuera de lo común, algo que esté cocinado con amor y con atención".


FUENTE Ana Plaza INFOBAE

 
 
 
  • 26 nov
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GASTROTOUR SCZgm 26/11/2025


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Hoy le traemos la entrevista que El Deber realizó a nuestro director de la ACADEMIA BOLIVIANA DE GASTRONOMÍA, Fernando Catalán, y referee del Concurso de Paellas de Valencia; el carismático chef español de la UDI y de Para Ellas, sí, también es nuestro, porque es el creativo que diseña los cursos de cocina que se imparten a través de las páginas de tu revista de los miércoles.


Aterrizó en Santa Cruz hace más de siete años, es la primera ciudad donde se ha establecido desde que salió de su tierra natal. Asegura que fue la ciudad la que lo eligió y no al revés. Después de visitar varios países europeos, decidió cruzar el Atlántico para llegar a América y aquí se ha instalado. Se siente un cruceño más, desde su primera conexión con la ciudad de los anillos.


Nacido en Valencia hace 36 años, hijo de Luna Cerdá y Fernando Catalán, es profesional de hostelería, titulado en cocina y procesos de restauración, con una trayectoria profesional de 16 años dedicada al sector gastronómico.


Es coordinador de la Escuela de Gastronomía y Turismo de la Universidad para el Desarrollo y la Innovación desde 2016, y docente de Taller de cocina básica, Taller de alimentación colectiva, Taller de cocina clásica, Diseño de evento, menú y carta, Taller de cocina de vanguardia y producción de eventos gastronómicos.


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¿A qué edad empezó a interesarse en la cocina?


Siempre me gustó y lo disfruté, aunque no me lo planteaba de manera profesional; en mi entorno, el interés por la gastronomía es algo con lo que viví desde niño.


¿Quién le dio el puntapié inicial para que se anime a meterse entre las ollas?


Cuando estudiaba, los fines de semana trabajaba en un restaurante y ahí empecé a ver la hostelería con otros ojos. Lo disfrutaba mucho, me llamaba la atención toda la coordinación, precisión, trabajo en equipo y concentración que requería. Era algo como un caos sincronizado que me fascinó.


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¿Qué ingredientes ha descubierto últimamente y no puede dejar de usar?


Casi cada día descubro cosas nuevas y más cuando estás en un país que tiene tanto que ofrecer. Me gustan las hierbas, quirquiña, huacataya… los ajíes.


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¿Tres cosas que no pueden dejar de estar en su espacio o cocina?


Paños, afilador de cuchillos y Coca-Cola.


¿Tres cosas que no le agrada que estén?


Personas con dejadez, flojera e indiferencia. Te arruinan cualquier elaboración; en cuanto ves indicios, debes sacarlas inmediatamente de la cocina.


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¿Qué plato de su infancia reinventaría?


Seguramente los macarrones que nos daban en el colegio, era una cosa horrible; esos, si pudiera, sí los reinventaría.


¿Por qué plato le gustaría ser recordado?


Más que por un plato concreto, me gustaría saber que he podido aportar a que la gastronomía boliviana tenga el valor, reconocimiento y visibilidad que merece. En mi caso, intento formar profesionales capaces de exprimir al máximo sus capacidades y que valoren y lleven en alto su cocina por el mundo.


¿Siempre quiso enseñar o cómo llegó al oficio de docente?


Sinceramente, nunca me lo había planteado; mi vida profesional siempre estuvo ligada a restaurantes y hoteles. De hecho, había rechazado la docencia en anteriores ocasiones; era algo que no me llamaba la atención. Por casualidades, acabé dando clases y lo disfruté muchísimo. Tienes que cambiar completamente la mentalidad respecto al trabajo en un restaurante, debes actualizarte constantemente, supone un reto cada día.


¿Está desarrollando algún proyecto de investigación?


Actualmente tengo la suerte, como coordinador de la carrera de Gastronomía en la UDI, de participar y colaborar en diferentes proyectos de investigación. El de mayor envergadura, y en el que llevo unos cinco años implicado, es un proyecto de revalorización del patrimonio alimentario en la región de la Chiquitania, en conjunto con UDI y CEPAC, en el que realizamos registros, documentación y capacitaciones. Es un proyecto muy amplio, con grandes resultados como la “Ruta SaboreArte Chiquitos”, mediante los cuales ya se puede observar el impacto que ha tenido en la población. Es indescriptible.


¿Algún plato de la gastronomía boliviana que le parece fenomenal?


Si te hago una lista, no terminaría nunca y además sigo descubriendo. El que me marcó cuando llegué fue la sopa de maní, ¿cómo algo tan sencillo te puede hacer tan feliz? El picante de lengua es otro de mis favoritos, también me sorprendió enormemente el coto relleno. Me encantan los anticuchos y, últimamente, descubrí la sulka. En cuanto a masitas típicas: las llauchas, las pucacapas y el pan de arroz de Juanita Tomichá; los disfruto como niño. De cada departamento tengo mis favoritos.


¿Qué sabores nuestros lo atrapan?


Los ajíes, son tan variados y con tanta personalidad que sigues descubriendo matices y eso no acaba nunca.


¿Qué ingrediente boliviano deberíamos exportar?


Sin duda, el achachairú y el ocoró. En realidad, hay muchas frutas que tendrían una gran aceptación y demanda en mercados extranjeros.Aun así, más que un ingrediente concreto, creo que debería haber un organismo que certifique la calidad de las producciones del país para favorecer su valorización. Igualmente, las organizaciones gubernamentales tienen una asignatura pendiente en apoyo a las exportaciones; deberían dejar de hacer tanta política y empezar a hacer gestión.


¿Cuál es el plato camba que más le agrada comer?


Me gustan muchísimo el relleno beniano y el coto relleno.


¿Y cuál es aquel que no conocía?


El chicharrón de lagarto. En un principio me impactó mucho, supongo que por el impacto cultural, pero una vez probado, constaté que es delicioso.


¿Qué hace cuando no cocina?


Además de la gastronomía, tengo dos grandes pasiones: la fotografía y las motos. Intento dedicarles todo el tiempo que puedo y me ayudan a desconectar, tomar aire y resetearme.


¿Con qué postre le agradaría terminar esta entrevista?

¡Con un arroz con leche, por favor!


FUENTE: El Deber — Por Aida Domínguez

 
 
 

GASTROTOUR SCZgm 20/11/2025


Durante el Festival de la Paella celebrado en Santa Cruz, la marca española CARMENCITA presentó su KIT de paella. Es la primera vez que llega al mercado boliviano un auténtico KIT para cocinar paella.


En este caso es para paella de verduras. Hoy en SCZ Gourmet Magazine le traemos paso a paso cómo puede cocinar en casa una auténtica paella de la huerta de vegetales en su casa para cuatro comensales.


El resultado realmente extraordinario, ante los arroces con polvos amarillos y otros engaños que vemos de paellas en las góndolas de los supermercados por fin tenemos algo auténtico, genuino y traído desde la tierra valenciana a Bolivia, con este KIT no hay quien la “pele” al cocinar una paella.


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La paella de verduras es una de las más auténticas, antes de la genuina paella valenciana se cocinaba la de verduras de la huerta que evolucionó hacia la genuina paella valenciana.


Ahora tenés en Bolivia la posibilidad de cocinar esta paella con un kit 100% español de la mejor marca de condimentos para paellas CARMENCITA.


No es un KIT, es una joya gastronómica donde hasta el más “sonso” puede hacer una paella de categoría superior. Lo único que no lleva el KIT es la verdura que la tenés que comprar y alguna trampita, como un ahogado o sofrito de cebolla, tomate y ajo, y le añadimos tropezones de tocino.


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El KIT lleva arroz para 4 personas, aproximadamente 400 grs. Dos botellitas de AOVE (Aceite de Oliva), y caldo de verdura, azafrán deshidratado para cuatro raciones, lo que se denomina un fumet de verdura Dry Stock.


Y hay KITS que hasta te trae una paella para 4 raciones de marca Garcima (el Fórmula 1 de las paellas). Además de práctico, un regalo ideal para cualquiera en un junte: botella de vino y KIT completo de paella con paila incluida.


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Lo primero, cortar el bacon y freírlo hasta achicharronarlo, lo mezclamos y freímos con pimentones verdes, amarillos y rojos; una vez todo frito, lo reservamos para añadirlo al final junto al caldo.


Al reservarlo, seguiremos trabajando en la misma paella donde hemos frito el chancho y el pimentón; siempre añadimos un poquitingo de sal.


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Con los restos de la fritanga echamos un poco de aceite y doramos la cebolla; una vez dorada, le añadimos tomate triturado, un toque de pimentón de Vera ahumado también de Carmencita, sal, y si vemos que el tomate está muy ácido, una cucharadita de azúcar.


Se revuelve y trabaja con cuchara o pala de madera hasta que cebolla, ajo y tomate adquieren una textura como si fuera mermelada.


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Cuando ya está el sofrito, se le echa el arroz y se mezcla durante dos minutos aproximadamente para que todos los granos queden impregnados del sofrito y se haga una masa de arroz y sofrito homogénea.


Fuego lento y siempre trabajando con delicadeza culinaria, pulso constante y círculos concéntricos.


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Cuando sofrito y arroz tengan esta sensación de unión y concordancia en las texturas, se mezcla con el polvo del deshidratado DRY STOCK hasta que se vea uniformemente repartido sobre la masa de arroz y sofrito.


Una vez esté todo el DRY STOCK, el arroz y el sofrito bien mezclado, echamos el caldo.


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Paralelamente, en una olla hemos tenido la verdura seleccionada hirviendo lentamente una media hora con su punto de sal y sazones, vino o vete tú a saber qué quieres echarle a un caldo tan singular como este.


Cuando vemos que la vainita y el haba están en su punto es que el caldo está listo y este se le echa a la paella y se revuelve bien para distribuir homogéneamente el arroz por toda la superficie de la paella.


5 o 10 minutos de fuego vivo y luego otros 10 de fuego lento, con el sofocón final para hacer el socarrat.


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Al final, este es el resultado de la cocinada, es evidente.


Guisamos el antepasado de la paella valenciana, un arroz en paella solo verduras y un toque de atrevimiento con unos taquitos fritos de panceta de chancho, para probar cómo funciona este KIT en la mesa de GastroTEST de SCZgm.


El resultado, como dicen en Valencia: “¡De categoría!”


Donde el KIT de CARMENCITA realmente marca la diferencia, siendo el grande de los sazonadores para cocinar paellas en un periquete.


 
 
 

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