GastroTOUR 18/06/2024
El movimiento ‘Realfooding’ ha creado tres manifiestos donde alertan sobre los riesgos de consumir alimentos ultraprocesados, ricos en azúcar, sal y grasas saturadas. El consumo de este tipo de alimentos se ha vinculado con el sobrepeso, la obesidad, el cáncer, la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, el síndrome del intestino irritable, condiciones depresivas, fragilidad y un aumento en la mortalidad.
En los últimos tres años, más de 40 investigaciones científicas han analizado el consumo habitual de alimentos ultraprocesados en una muestra de diez millones de personas. Estos estudios coinciden en señalar hasta 32 efectos adversos para la salud asociados con este tipo de dieta.
Entre los adultos, el consumo se ha vinculado con el sobrepeso, la obesidad, el cáncer, la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, el síndrome del intestino irritable, condiciones depresivas, fragilidad y un aumento en la mortalidad. En niños y adolescentes, se ha observado una asociación con riesgos cardiometabólicos y el desarrollo de asma.
En Bolivia, son muchos los alimentos ultraprocesados. El principal problema de estos alimentos es el desequilibrio nutricional: son deficientes en proteínas, fibra, vitaminas y minerales, pero abundantes en azúcares, grasas saturadas y sodio.
CONSUMIR ALIMENTOS ‘REALES’
El estudio subraya la importancia de promover una dieta saludable. Esto implica dar prioridad a la comida real (real food), es decir, a los alimentos no procesados o mínimamente procesados, cuya elaboración industrial no haya afectado su calidad nutricional o sus propiedades saludables naturales.
La dieta debe basarse en el consumo de alimentos saludables, como verduras, frutas, granos enteros, legumbres, frutos secos y grasas no saturadas.
Se aconseja moderar el consumo de pescado y aves, y limitar o evitar las carnes rojas y procesadas, los azúcares añadidos, los granos refinados y las verduras ricas en almidón. Además, es fundamental hacer ejercicio diario, al menos durante 30 minutos, algo tan importante como seguir un régimen equilibrado.
La clave radica en retomar el consumo de alimentos saludables, como verduras, frutas, granos enteros, legumbres, frutos secos y grasas no saturadas.
GRASAS: SIEMPRE SON NOCIVAS SI EL ALIMENTO ES PROCESADO
El manifiesto Por un consumo responsable de grasas saturadas destaca la necesidad de monitorear la ingesta de grasas, unos nutrientes generalmente considerados perjudiciales para la salud. Sin embargo, recientes investigaciones han demostrado que no todas las grasas son iguales; algunas, como las monoinsaturadas y poliinsaturadas, son esenciales para el adecuado funcionamiento del organismo.
Aunque la mayoría de las organizaciones de salud no establecen un límite máximo de consumo total de grasas, existe consenso entre instituciones (FAO/OMS, PHE, AHA y EFSA) sobre la importancia de limitar las saturadas a menos del 10% de la ingesta energética diaria. Por otro lado, se recomienda eliminar completamente las grasas trans de la dieta, dado que se ha demostrado que son altamente perjudiciales para la salud.
Es crucial comprender que la calidad de la grasa consumida no solo depende del tipo, también del alimento que la contiene. Un producto puede tener bajo contenido de grasas, pero si es ultraprocesado, su consumo no será saludable.
AZÚCARES: LEER LA ETIQUETA ES FUNDAMENTAL PARA DETECTARLOS
El manifiesto Por un consumo responsable de azúcar resalta el alto consumo de azúcar entre la población mundial. Los azúcares añadidos abundan en los ultraprocesados, por lo que es muy importante leer las etiquetas de estos productos para identificar su presencia.
Pueden presentarse bajo diferentes nombres: azúcar, jarabe de maíz, dextrosa, fructosa, glucosa, sacarosa, jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, miel, azúcar invertido, lactosa, maltosa, jarabe de malta, melaza, azúcar sin refinar y azúcares naturales que se aíslan de un alimento completo y se concentran, convirtiendo al azúcar en el componente principal.
SAL: RESPONSABLE DE LA HIPERTENSIÓN EN ADULTOS
La hipertensión afecta directamente a las enfermedades cardiovasculares, cáncer gástrico y enfermedad renal. Según un estudio, el 43% de la población adulta padece hipertensión. Su incidencia tiene mucho que ver con el consumo de sal. Los alimentos ultraprocesados son la principal fuente de sal.
El consumo excesivo de sal en niños y adolescentes preocupa a los expertos. La presencia de alimentos ultraprocesados en su dieta, como salchichas, embutidos, pan, comidas precocinadas, quesos, conservas, aperitivos, salsas, condimentos y dulces, es probablemente la principal causa de este problema.
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