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WINE MAKERS: MAGOS DEL VINO

SoloVINO 04/02/2025


En el mundo del vino tenemos enólogos, sommeliers, bodegueros y los “winemakers”, curiosos personajes que, sin cepas, sin viñas, sin bodega, se dedican a elaborar vinos de autor. Estos genios buscan los mejores mostos, los analizan y los ensamblan, produciendo verdaderas joyas. Diego Guzmán lo podríamos llamar el genio de los “winemakers” de Bolivia. Se pasea por todas las viñas del país, se hace con las mejores variedades y, en su galpón de El Alto, saca unos vinos que cortan el hipo. El último ha sido el vino homenaje de HIPERMAXI.


¿Qué te inspiró a crear un vino de homenaje en el aniversario de Hipermaxi?


Fue un trabajo de equipo. Teníamos como objetivo generar algo (campaña, oferta, evento, producto, etc.) que generara una conexión con los clientes de Hipermaxi y un buen blend. De ahí que nació la idea de crear un producto que pudiera representar el homenaje de nuestro aniversario. 30 años son momentos de emoción y recuerdos.


¿Cuál es la historia detrás de este vino y qué mensaje quieres transmitir con él?


El proceso creativo fue muy interesante. Primero, se tomó la decisión de qué cepa utilizar. Salieron ideas de blends de diferentes cepas y la utilización de cepas autóctonas bolivianas como la Negra Criolla y la Vischoqueña. Buscamos un Tannat, pero lo que marcó la decisión final fue el detalle de que este vino tenía que ser representativo para todo el país. Encontramos las mejores cepas y variedades del cinturón vitivinícola de Bolivia: Tarija, Santa Cruz, Cochabamba, Chuquisaca y La Paz. La cepa que se encontró en común en 4 de los 5 departamentos fue el Cabernet Sauvignon.


Este mago del vino ha conseguido un vino elegante que durmió en barrica, con la mejor botella y un excelente corcho, buen diseño de la etiqueta y, por último, algo que lo hace diferente: incluir en el proceso una estiba (guarda en botella) en la ciudad de El Alto, del departamento de La Paz, a 4,016 metros de altura.


¿Qué características únicas tiene este vino y cómo se diferencia de otros vinos de autor?


Lo principal es la materia prima: las uvas de Cabernet Sauvignon que provienen de 4 regiones diferentes del país y que aportan perfiles de aroma y sabor únicos y característicos de cada región. Y sin duda, el añejamiento de 12 meses en barricas nuevas de roble francés aportó estructura y cuerpo a los caldos.


Pasados los 12 meses, se seleccionaron las proporciones correctas para formar el blend final. Esta fue la parte más complicada: definir qué porcentaje del vino de cada región generaba, en el perfil aromático y de gusto en paladar, un vino perfecto. Se hicieron varias pruebas junto a un panel de expertos en vino hasta lograr el blend final. Obviamente, el proceso fue muy placentero.


¿Cómo seleccionaste las bodegas para hacer el ensamblaje de este vino?


El proceso para invitar a las bodegas a participar de este proyecto vino principalmente por el conocimiento que yo tenía previamente de la excelencia en el manejo de sus terroirs, la gran calidad de los suelos y también por la buena relación que se mantiene con las bodegas. En Samaipata, Santa Cruz, se invitó a la bodega Uvairenda, más conocida como 1750. En Cochabamba, a la bodega Marqués de la Viña.


En Cinti, Chuquisaca, a la bodega Tierra Roja. Y en Tarija, se buscaron dos terroirs representativos: uno en San Luis, bodega Sausini, y otro en el Valle de la Concepción, bodega Sfarcich. Todas las bodegas se sumaron al proyecto con gran entusiasmo y cariño.


¿Qué papel jugó la innovación y la experimentación en la creación de este vino?


Fue muy importante. Como un artista, el winemaker debe tener claro el producto final que quiere lograr para, a partir de ahí, poder proyectar y trabajar en todos los procesos de la cadena productiva: desde la tierra, la viña, la cosecha, el proceso de fermentación, guarda, añejamiento y estiba.



¿Cómo defines el concepto de “vinos de autor” y qué importancia tiene para ti?


En cierta forma, todos los vinos son vinos de autor por todo el proceso creativo que hay detrás. Sin embargo, el término va más referido a esos vinos que son producciones especiales y únicas, vinos que no se repetirán en el tiempo, tal cual una pieza de arte.


Para mí, el concepto de vino de autor es muy importante. Es la inspiración para mis vinos Colección de Autor, que están inspirados en el respeto a la naturaleza y su espíritu libre, en la creatividad del artista y en la conexión con los sentidos. Botellas únicas en todo sentido: desde el diseño de la botella, la etiqueta y el contenido, el vino, que estimulan los sentidos placenteramente, generando una conexión con el individuo y el vino.


¿Qué papel juega la identidad cultural en la industria vitivinícola boliviana y cómo crees que puede contribuir al desarrollo de la industria?


Tenemos grandes raíces vitícolas en nuestro país. En el Valle de Cinti se encuentran las viñas más antiguas de Bolivia, de más de 150 años. Tenemos una cepa que solo crece en Bolivia, la Vischoqueña, y tenemos nuestra Negra Criolla y Moscatel de Alejandría, que tienen perfiles únicos de aroma y sabor. Partiendo desde ahí, la identidad cultural vitivinícola de Bolivia tiene un gran potencial de desarrollo y proyección internacional.


Sin embargo, no debemos olvidarnos de nuestras cepas más jóvenes, las cepas internacionales que han ganado medallas en varios concursos internacionales y se han posicionado como referentes en el mundo. Un ejemplo de ello es nuestro Tannat.


¿Qué proyectos tienes en mente para el futuro y cómo planeas seguir innovando en la industria vitivinícola?


Hay varios planes para este 2025. Este año será el lanzamiento al mercado de las primeras etiquetas de Colección de Autor, producciones limitadas y numeradas que no se repetirán en el tiempo. También seguiré trabajando con los pequeños productores, orientado a una mejora continua y en busca de la excelencia.


Otro gran proyecto es llevar a cabo la segunda Bienal de Vino Boliviano, con la intención de llevar lo mejor de los vinos bolivianos al mundo.


¿Qué legado quieres dejar en la industria vitivinícola y cómo crees que tus vinos pueden inspirar a futuras generaciones de “winemakers”?


Si algún día se recuerdan los vinos de Colección de Autor, quisiera que se recuerden junto a los grandes momentos que se hayan podido generar con ellos. Mi legado será traer a la mesa un vino que se celebre junto a un momento que sea recordado, que sea parte de la anécdota a contar.


Y que la inspiración para futuras generaciones sea la fortaleza para que cumplan sus sueños.


Entrevista de Raquel Morales / La Paz

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