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LA MODA DE COMER SOLO

TENDENCIAS/INF/SCZgm/27-01-2023


“El tabú de la soledad se ha roto” por qué cada vez se ve a más gente comiendo sola en los restaurantes. Las reservas para uno son cada vez más habituales. Una tendencia que va a más después de que la pandemia nos enseñase a disfrutar de ciertos placeres en soledad. Y, al parecer, un truco para que te traten como a un rey.

Pintura expuesta en la Galerie du Palais Royal, en París, que muestra a un hombre disfrutando de un banquete en soledad.

Esta llamada se repite cada vez con mayor frecuencia en los restaurantes:

―Hola, quería reservar una mesa.

—¿Para cuántas personas?

―Para una.


El comensal solitario ha sido una figura tradicionalmente ligada al crítico o inspector de alguna guía que llegaba con bolígrafo y libreta dispuesto a apuntar cada detalle del establecimiento. Ahora no. Ahora la mayoría son personas que quieren disfrutar a solas de una buena experiencia gastronómica.

“Antes no venía casi nadie solo. Últimamente, sobre todo en Madrid, tenemos mesas de una persona prácticamente a diario”, asegura Marcos Granda, propietario de cuatro restaurantes con estrella Michelín, entre ellos Clos, en Chamberí. Su opinión, y la de la docena de chefs y responsables de sala consultados para este reportaje, es unánime: cada vez más personas acuden a comer solas.

Sin conversación, sin presión, sin discusiones por lo que se va a pedir, sin miradas ajenas y sin prisas, hay quien disfruta mejor de cada bocado en soledad. No es nuevo. Ya lo hacía el romano Lucio Licino Lúculo en el siglo I antes de Cristo. Cuenta Plutarco en Vidas paralelas cómo una noche sus criados le sirvieron una cena moderada y él se quejó porque quería abundancia.

El personal preguntó si había invitados. “¿No sabías que hoy Lúculo cena con Lúculo?”, les respondió quien está considerado como uno de los primeros gourmets y fue conocido en todo el imperio por sus copiosos banquetes en compañía o sin ella. Es lo que ocurre hoy con mucha más frecuencia en los restaurantes, donde las reservas de mesa para uno empiezan a ser habituales.