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Cuando uno va a un restaurante de esencia peruana, para empezar y aunque sea un poquito pide un tazón de Parihuela, es este será el termómetro para saber si este restaurante va por buen camino, o de peruano sólo lleva el nombre.
Esta prueba la hicimos en “La barra del capitán” un local abierto en la perpendicular de la San Martin donde esta vaca morena y el chino en el comienzo de Lugones.
La parihuela peruana es una sopa típica y deliciosa de la gastronomía de este país que se prepara a base de pescados y mariscos.
En Perú la conocen como el famoso “levanta muerto” que, a más de uno, ha ayudado a levantarse después de una noche de fiesta, gracias a la cantidad de pescados y mariscos esta sopa contiene grandes cantidades de fósforo.
La “Barra del capitán” paso la prueba con nota alta por dos motivos estaba calentita y el picantito que llevaba le iba como anillo al dedo el mar como casi todo en Santa Cruz congelado, pero que le vamos a hacer, como dice aquí no hay playa.
Después de degustar, saborear y disfrutar de esta sopa nos lanzamos a otros platos de nuestros vecinos, una causa y un chicharrón, de pescaditos y frutos de mar desde algo de pulpo, camarón, pota y pescado de mar que no puedo determinar acompañado de yuca frita y una salsa con perejil; fue abundantes y nada despreciable en su sabor con el rebozado o empanado crujiente.
Con este calibre no entramos al postre, punto negativo no había vino blanco que es fundamental para maridar con los platillos de mar, nos dijeron que subsanarían este error.
El lugar limpio, bien puesto y simpático sin pretensiones ni con talante “snob”. Precio moderado pero acorde a la zona de la milla gastronómica.
“La barra del capitán” destaca también por su ceviche y otros manjares de mar, no es una cocina gourmet sino acorde a un restaurante costumbrista, tradicional de Perú; más cerca de una comida clásica sin pretensiones estilísticas ni modas. Cuando se come bien y se está a gusto es suficiente. Si bien me da la impresión que si se llena tendrán que tener paciencia.
Un buen lugar para los viernes de cuaresma donde el pescado es la base gastronómica de este tiempo litúrgico.
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