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  • 18 abr 2024
  • 3 Min. de lectura

18/04/2024 DÓNDE IR


“BERNADETTE” no es el único restaurante francés en Santa Cruz, pero sí podemos asegurar que nos hemos encontrado un restaurante digno de cualquier ciudad francesa.


Para ello, “Legado” -grupo que lanza este restaurante top- ha realizado un fichaje al estilo “Champion league”; ni más ni menos, que el Chef Brasileño de prestigio internacional Fred Trindade.



Este célebre cocinero destaca por su mano en la genuina cocina francesa, pasó por una de las casas más prestigiosas de Francia, la Maison Troisgros, del chef Pierre Troisgros.


Luego montó su propia marca en Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais.



Entre otras intervenciones internacionales, participó en el famoso foro gourmet “Madrid Fusión”, donde se dan cita los mejores chefs del mundo.


Con este bagaje en cocina, nadie puede dudar del gran nivel del nuevo establecimiento gourmet francés en M 40.




Por tanto, conociendo la trayectoria del Chef Trindade en “Bernadette”, nos encontraremos con una auténtica y tradicional, con flecos innovadores, de una de las cocinas más famosas del mundo como es la francesa, donde nos encontraremos los matices de la “cuisine du terroir” (estilo de cocina rústico) interrelacionada con la alta cocina, con platos llevados a la máxima elegancia y sofisticación y la nouvelle cuisine.





Con este panorama, SCZgm conoció de cerca esta nueva propuesta gourmet en nuestra ciudad, donde pudimos degustar, entre otros platos, un espectacular steak tartare que lo preparan delante de los comensales por el Sub Chef Diego.


Luego optamos por un Carpaccio de atún fresco, sutil, balsámico y sedoso.



En nuestro segundo aterrizaje, ya que el frío llegó a nuestra tierra, en este “Versalles” de la cocina francesa, degustamos lo que creemos que es la “prueba del algodón” para la cocina francesa: la simple, genuina y tradicional “soupe à l'oignon” (Sopa de cebolla) con su tostón de pan gratinado con queso, un gran clásico de la cocina francesa que se deshace en la boca para deleite de las papilas gustativas.



Sin duda, este simple platillo marca la veracidad de que un restaurante tiene un ADN francés.


También, pasaron por la degustación otros de los bocados genuinos en el país galo, como los Escargots que se ofrecen con dos recetas: a la Bourguignonne o los denominados Nouveaux, con un soberbio fondo de suave y etéreo puré de papas con su toque de mantequilla.


Ya en los amplios platos de fondo Bonna, vislumbramos sobre los impolutos manteles blancos de “Bernadette”, del espacio biblioteca del restaurante, el genuino Chateaubriand, y unos guiños a la cocina boliviana con paiche al vapor tropical y unos raviolis de trucha del Titicaca ahumada con camarones. Todo maridado con un pinot noir de su amplia bodega con más de 500 etiquetas que descansan a 15º temperatura en la bodega del piso superior del restaurante, que si se desea, se puede convertir en un reservado de 12 personas.


Además, destacamos los afrancesados hojaldres de queso brie al horno o el famoso “Vol au vent” de hongos y trufas negras. Por cierto, la trufa está casi omnipresente en muchos de los platos de la carta de “Bernadette”. Si bien la carta está todavía en sus últimos retoques, podemos encontrarnos ensaladas, como la “Nicoise” con atún, anchoa y huevos, o la de queso de cabra.


Trucha ahumada fileteada, paté de foie Volaille con trufa. En platos de fondo tenemos otras opciones como Trucha estilo Troisgros, salmón Laqueado, entrecot Bordelaise, Codorniz rostizada la Bebette Feast con trufa negra y hongos, el famoso magret de pato a l'Orange o un risotto de hongos trufados. Y un pato, marca de la casa que se tiene que pedir con antelación. Para postre no podía faltar los crepes Suzette, preparados en mesa con todo su ritual y el licor francés mezcla de coñac y esencia destilada de naranja amarga, “Grand Marnier”.


Se nos olvidó preguntar si también ofrecían como postre el tradicional carrito francés de quesos para “matar el culin” del mosto.


En definitiva, que esta no es una nota de crítica gastronómica, que ya realizaremos en unos meses cuando el local esté asentado, es una nota simplemente descriptiva donde el nuevo restaurante francés “Bernadette”, iniciativa de Jorge Calvo, tiene un su gran sello de originalidad, calidad y éxito.



Además de las genialidades culinarias en esta nota descritas que salen de la cocina del Chef Fred Trindade, “Bernadette” es una puesta en escena sugerente, elegante y con muchos detalles, cuenta con un personal en barra y sala muy bien formado, atento, servicial y muy profesional… ¿Precios? … "L'addition, s'il vous plaît?" … la respuesta es fácil, acordes al gran nivel del de este templo francés gourmet que se ha abierto en Santa Cruz, pero menores a los de la Francia epicentro de la gastronomía mundial.


BERNADETTE en BocaMixtura de M40… "¡C'était délicieux!” … para “donner sa langue au chat” (quedarse sin palabras)… “Bon appétit !!!”


  • 28 mar 2024
  • 3 Min. de lectura

28/03/2023 DONDE IR


Lo primero que me vino a la cabeza al ir por primera vez al restaurante español en Santa Cruz "La Ñ", es que me encontraba en un auténtico y genuino "chiringuito".


En España, un chiringuito es un establecimiento gastronómico a pie de playa, que ofrece comidas y bebidas, y que posee una terraza o área de mesas al aire libre para sus clientes.


Los chiringuitos se han popularizado por todas las costas de España y forman parte del imaginario popular de los habitantes de este país. Un chiringuito no es sinónimo de establecimiento de comida rápida o descuidada, todo lo contrario, hay chiringuitos que han obtenido premios importantes en las guías gastronómicas.



En Santa Cruz tenemos en plaza Italia un Chiringuito sin Mar y que desde hace un mes lo regenta un famoso finalista de MasterChef Bolivia, Pedro Bermejo conocido por Pedro "el maño", que se ha incorporado al proyecto gastronómico de cocina española como responsable general del mismo. Una apuesta segura de calidad y de buen hacer que ya demostró con creces en el famoso concurso televisivo.


En "La Ñ" parece que no pasa el tiempo. Encuentro el local al estilo chiringuito, acogedor, agradable en el exterior y desenfadadamente tosco; cada cosa en su lugar, con aquel punto de sabor a mar que caracteriza este tipo de locales. La barra, la parte interior y un comedor pequeño con aire acondicionado, imprescindible en esta tierra.



Hoy, no obstante, nos sentamos en este comedor privado o espacio pequeño más reservado para así estar más tranquilos.


El "maño" nos trae un platillo de alcachofas con virutas y tropezones de ibérico, también unos champiñones con una pizca de perejil, aceite de oliva y ajo.

Se nota que este sí es un producto de kilómetro cero, pues está presente la frescura del champiñón del Slam; increíbles, mientras tomamos la primera copa fría del verdejo de turno, me doy cuenta de que las alcachofas "gondolean" y no son de proximidad como los champiñones.


Seguimos con un salmorejo, veo que la cosa promete. Está muy bueno, pero le falta frío; por tanto, se queda a mitad de camino buena cocina pero no cumple con el ABC del salmorejo cordobés que tiene que estar "friiiisimo".


En la mesa se presenta casi sin pedir permiso una butifarra catalana amb mojetes (judías blancas o poroto blanco), aquí no hay duda el producto es de importación de bote pero está bueno y da el pego.


A veces cuando quieres hacer una cocina tan de país tienes un peaje muy alto, que los robellones serán de lata y lo que hay allá no lo hay acá, y se tiene que resolver con picaría gourmet. Pero no deja de estar muy, pero que muy acertada esta butifarra catalana. Todo maridado con un Marqués de Cáceres.


Otro día tendremos que probar otros clásicos de la carta: la fabada, la paella, el cocido o el clásico rabo de toro que viene que tendría que deshacerse en la boca, con su sabor intenso y su aroma fruto de horas de cocción, así como su carne gelatinosa, son una delicia. El rabo, años atrás, formaba parte de la cocina de aprovechamiento, pero con el tiempo se ha convertido en una de las partes más exquisitas de la vaca.


De postre lo hacemos al estilo castizo, no damos el salto al dulce sino al salado: queso manchego con unas tiras de jamón ibérico, estando en un restaurante de estilo español "no hay que dar puntadas sin hilo". Servicio correcto pero rápido y educado, no sé cómo será cuando el tendido esté completo y abarrotado, espero que de sol y los de sombra pidan la oreja de chef.


Así que ya saben ni más ni menos que "Pedro el maño", el televisivo de MasterChef regenta este chiringuito que se llama "La Ñ", ideal para hacer una probatina de comida muy española en un chiringuito en la plaza Italia y que no tiene playa.

  • 8 feb 2024
  • 4 Min. de lectura

08/02/2024 DÓNDE IR


La gloria es un concepto, como diría Laporta, presidente del Barcelona, “algo más que un club”, es decir, “algo más que un restaurante”. Desde el punto de vista de este crítico gastronómico que les escribe, define este restaurante como “La Gloria: algo más que un restaurante, un cielo gourmet”.




En una de las callejas cubiertas de árboles plataneros de la Chacras de Coria (Mendoza) se encuentran dos caserones antiguos uno frente al otro, donde un cartelón entrando al parqueo te anuncia que ya estás llegando a La Gloria, cuyo lema es “Soñar, vivir y gozar”.


El primer impacto es el diseño, branding, estilo, diseño de este emprendimiento. En nuestros correteos gastronómicos hemos estado en muchos sitios, pero muy pocos nos han sorprendido tan gratamente como este local de la provincia de Mendoza.


Concepto Cantina, que más que una cantina es un “glorioso restaurante, el Mercado entre un rincón de cielo para picar quesos, embutidos y otras fruslerías, y en la tienda puedes llevar envasados al salir productos del campo mendocino, obviamente en la vinatería vino de terroir mendocino.




El aspecto de La Gloria es como estar, nunca mejor dicho, en el cielo. Te llama muchísimo la atención el branding y la decoración Belle Époque, de fondos blancos y decimonónicos diseños, gráficas, muebles y detalles en azul, al estilo de La Cartuja de Sevilla.



Desde los unicornios de la entrada, hasta las sillas, las mesas, los platos, los tapetes de papel de mantel, las servilletas, las bolsitas de azúcar… a los blusones diseñados para los mozos del restaurante que asemejan a baberos escolares de los escolapios de los 50, jugando con la moda de Ágatha Ruiz de la Prada. Todo un sobresaliente atrevimiento de una puesta en escena muy “cool”.


Pero no entremos en esta sección de branding, de la decoración, el diseño y el estilo de vida, pues nos llevaría a escribir un libro, lo resumo simplemente en una palabra: “Genial”.


Nosotros nos metimos en la cantina donde la carta nos describe con minuciosidad las Entradas: Croquetas de mar, Mayonesa densa de langostinos, Rabanitos, Provoleta, tomate asado, mortadela itálica del mercado, tostadas de focaccia, Carpaccio de filet, Membrillo, Batatas pay, Caviar de mostaza, Boquerones del Atlántico, Pimientos crujientes, Topinambur, Sorrentinos fritos de osobuco, Reducción de malbec, Gloriosa César, Pollo asado, Tocino crujante del mercado, Ensalada vegana con onda.


Luego los segundos que allí se titulan Principales con Honor: Milanesa gratinada, Bechamel, Parmesano, Mermelada de ají y tomates, Papas noisette, Pimentón ahumado, Risotto de la costa, Calamares del sur, Lactonesa tártara, Ojo de bife angus, Zapallo inglés en 3 texturas Fondo profundo de carne en la mesa, Pesca del día al modo Birmingham, emulsión de pimiento amarillo, ensalada acevichada, Ñoquis a mano de espinaca fresca, Tomates secos, Hongos, Sutil queso azul, Cordero Oriental, Cous Cous, Pasas, Menta, Aceitunas asiáticas, Ravioles de verduras asadas y queso de cabra, Nuestra salsa arrabiata, Quesito rico, Pastel de choclo: Homenaje a Chile, Pebre con aire de mandarina, Gloriosa Ensalada César.


Llegamos al postre y como reza la carta Dulce Eres Tú: Vigilante con onda, Membrillo ahumado, Crema de quesos del mercado, Oblea, Cítricos, Mousse de chocolate semiamargo, Frutos rojos, Galleta de algarroba, Tiramisú de Mantecol, Crema espesa de café con toquecito de whiskey, Flan nuestro de dulce de leche, Las texturas del coco, Pavlova recargada, Curd de mandarina, Sabayón de naranja, Cítricos.


Después de un buen ágape, lo que se viene, si la comida ha estado gloriosa, y doy fe que ha estado gloriosa, lo propio es un buen café y un bajativo.


En este establecimiento este tema está cuidado al detalle, pues lo que se quiere es La Gloria eterna. Los productos marcan un punto y final que no es tal, pues te rememora la eternidad con el café y en nuestro caso un pisco de moscato de la tierra.




En cafés excelentemente preparados tenemos los tradicionales Ristrettos, Espresso Cortado, Americano, Café Latte, Late Hulk Flat White, Capuccino, Latte frío Chocolate, Infusiones de menta-limón, Selección de tés con leche de almendra y especialidades gloriosas como el Americano on the rocks, Iced Coffee, Espresso doble y helado de vainilla, Espresso Tonic.




Y si uno no tiene prisa, y a La Gloria hay que ir sin prisas, puede curiosear, para solicitar un trago o bajativo de todo tipo de coctelería, donde nos sorprenden entre otras cosas con bebidas como la sección denominada "La Sociedad de los Poetas", donde te ofrecen: Juarroz Vaso, Vermut de la casa, Tónica, Rodajas de pomelo, Julio Florencio Vaso, Vermut de alcachofas, Schweppes pomelo, Rodajas de pomelo, Armando Tejada Vaso, Vino de Estación, Elegí Malbec, Rosado o Torrontés, Almíbar de hierbas, o una Fiesta de frutas de estación.


Personalmente, pedí un Salmorejo de entrada y mi acompañante una tortilla de papas. El salmorejo, soberbio con huevo poché y tropezones de jamón, estaba exquisito, si bien desde mi humilde punto de vista, podría haberse servido mucho más frío. Luego opté por los ñoquis hechos a mano de espinaca fresca, tomates secos y hongos con una salsa entre sabores del bosque y una salsa parecida a la salsa bearnesa, no tan espesa. También, por otro lado, solicitamos, ya que estamos en Argentina, un ojo de bife término inglés, blando y graso como mandan los cánones.


La idea de este soberbio emprendimiento gastronómico ha sido creada por José Bahamonde y Federico Ziegler, dos amigos que viajaron por todo el planeta probando sabores y acarreando distintas culturas. Como se aprecia a distancia, son unos locos del diseño atrevido y de la cocina con muchos toques mediterráneos, muy pensada, equilibrada y que varía su carta por temporada.


En resumen, para mí, uno de los sitios más recomendables que he conocido en mis tropelías gastronómicas; no tiene un precio por las nubes, buen yantar a medida, café y copa para terminar y de esta manera, respirar en la gloria; en este caso, no la eterna, que ésta se llama cielo, pero sí que bien se está cuando se está bien y en La Gloria de Chacra se come bien y se está bien.

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