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  • 13 may
  • 1 Min. de lectura

SoloVino 13-05-2025


El 17 de abril se celebró el Día del Malbec, conmemorando la llegada de esta cepa a Argentina en 1853. En Santa Cruz de la Sierra, el Consulado Argentino y otras organizaciones locales suelen organizaron un eventos y actividades para celebrar este día en La Morada. Donde además de los representantes del consulado de Argentina y otras instituciones disfrutaron del vino Malbec que fue el protagonista.







 
 
 
  • 6 may
  • 2 Min. de lectura

SoloVINO 06/05/2025


Cómo se elabora un vino desde la viña hasta la copa. Detrás de cada copa de vino hay una historia de paciencia, conocimiento y arte. Desde la vid que brota en primavera hasta el brindis final, el vino atraviesa un proceso largo y fascinante.


Entender cada una de sus etapas no solo permite apreciar mejor lo que bebemos, sino también reconocer el trabajo y la pasión que hay en cada botella.Este es el viaje del vino, paso a paso.


1. LA VID: ORIGEN DE TODO

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Todo comienza en el viñedo. La calidad del vino depende, en gran medida, del cuidado de la vid y del tipo de suelo donde crece. Factores como el clima, la altitud y la variedad de uva son fundamentales.




2. VENDIMIA: MANUAL O MECÁNICA


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La vendimia puede realizarse a mano, para una selección más cuidadosa de las uvas, o de forma mecánica en grandes producciones.


En ambos casos, el objetivo es trasladar la uva a la bodega lo más rápido posible para evitar su deterioro.


En algunas regiones, se vendimia de noche para preservar mejor los aromas y evitar la oxidación.


3. DESPALILLADO, ESTRUJADO Y MACERACIÓN


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Una vez en la bodega, las uvas pasan por el despalillado (separar las bayas del raspón) y el estrujado (romper ligeramente las uvas para liberar el mosto).


En los vinos tintos, este mosto se deja en contacto con las pieles durante la maceración, lo que aporta color, taninos y aromas.


En los blancos, se suele evitar el contacto prolongado para mantener frescura y ligereza.


4. FERMENTACIÓN: DONDE NACE EL VINO


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La fermentación alcohólica transforma los azúcares de la uva en alcohol, gracias a las levaduras naturales o seleccionadas.


Este proceso puede durar desde unos pocos días hasta varias semanas, dependiendo del estilo de vino que se busque.


En algunos casos, como los grandes tintos, se realiza una segunda fermentación, llamada fermentación maloláctica, que suaviza la acidez y aporta cremosidad.


5. CRIANZA: EN BARRICA, EN DEPÓSITO O EN BOTELLA


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Una vez fermentado, el vino puede madurar en distintos recipientes: depósitos de acero inoxidable, barricas de roble o incluso ánforas de arcilla.


El tiempo de crianza moldea el carácter del vino: puede aportar notas de vainilla, tostados o especias en barrica, o mantener una expresión más fresca y frutal si se cría en acero.


6. EMBOTELLADO Y AFINADO


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Antes de embotellar, el vino suele clarificarse y filtrarse para eliminar impurezas.


Luego se embotella y, en algunos casos, se deja reposar en botella durante meses o incluso años, afinando sus aromas y redondeando sus sabores.


7. DE LA COPA AL BRINDIS


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Finalmente, el vino llega a nuestras copas, listo para ser disfrutado. La elección del momento de servicio, la temperatura adecuada y la elección de la copa pueden realzar aún más sus cualidades.


Cada sorbo es el resultado de un trabajo minucioso que comienza en la viña y culmina en nuestra mesa.


Elaborar vino es conjugar naturaleza, técnica y sensibilidad. Un proceso donde cada detalle importa y donde el tiempo, como en las mejores cosas de la vida, juega un papel esencial.


FUENTE: LA VANGUARDIA

 
 
 
  • 29 abr
  • 3 Min. de lectura

SoloVINO 26/04/2025


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Vinos y quesos pueden ser inherentemente compatibles, de hecho, a menudo se maridan bien. Pero también el refranero recoge la expresión “Que no te la den con queso”, por tanto el maridaje adecuado depende de las características del queso y del vino, además de las preferencias personales.


Esta incompatibilidad de los quesos y el vino se debe a que los quesos pueden realzar o matizar los sabores del vino:


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  • Dependiendo de la intensidad y el tipo de queso, este puede equilibrar la acidez del vino, enmascarar la astringencia (sensación áspera en la boca) o intensificar los sabores frutales.


  • Los vinos pueden complementar o contrarrestar los sabores del queso:


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  • Un vino con alta acidez puede equilibrar la grasa de un queso, mientras que un vino dulce puede contrarrestar la salinidad de un queso azul.


Pero la verdadera historia te la contaremos al final, si bien el maridaje de vino y queso se basa en la complementación y el equilibrio de sabores:


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Algunos ejemplos de maridajes comunes:


  • Quesos frescos con vino blanco seco y ligero: por ejemplo, mozzarella y ricotta con un Pinot Grigio.


  • Quesos de cabra con vinos rosados o tintos ligeros: por ejemplo, un queso de cabra con un Pinot Noir.


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  • Quesos de pasta dura con vinos tintos con cuerpo: por ejemplo, Cheddar con un Merlot o un Tannat.


  • Quesos azules con vinos dulces o generosos: por ejemplo, Roquefort con un vino dulce.


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En resumen: La clave para un maridaje exitoso es experimentar y encontrar la combinación que mejor se adapte a tu paladar. Considera la intensidad, el sabor y la textura tanto del queso como del vino, y no tengas miedo de probar diferentes combinaciones.



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Pero hay que saber que el maridaje de vinos y quesos puede ser incompatible e incluso nocivo a la hora de evaluar la calidad del vino. Por ello existe la frase del refranero castellano “Que no te la den con queso”.



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La frase "QUE NO TE LA DEN CON QUESO" significa "no te dejes engañar" o "no te dejes manipular". Su origen se remonta a cuando los bodegueros ofrecían queso para disimular la baja calidad de sus vinos, y el fuerte sabor del queso hacía que los clientes no notaran los defectos del vino.




EXPLICACIÓN MÁS DETALLADA:


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La expresión "que no te la den con queso" es una frase popular que se usa para advertir a alguien que no se deje engañar o manipular, especialmente en situaciones donde se podría estar aprovechando de su ingenuidad o desconocimiento.


ORÍGENES DE LA FRASE:


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Esta frase tiene su origen en el mundo del vino, donde los bodegueros solían ofrecer queso junto con los vinos a sus clientes para que pudieran probarlos antes de comprarlos. La idea era que el queso disimulara la baja calidad de algunos vinos, ya que el fuerte sabor del queso podría enmascarar los defectos de los caldos.


SIGNIFICADO MODERNO:


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Hoy en día, la frase "que no te la den con queso" se utiliza en un sentido más general para advertir a alguien que esté atento a posibles engaños o manipulaciones, independientemente de la situación. Se usa para alertar a alguien de que no confíe ciegamente en lo que le dicen o le ofrecen, y que esté atento a posibles trampas o deslices.


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La frase "que no te la den con queso" es una advertencia para no dejarse engañar o manipular, y su origen se remonta a la práctica de los bodegueros de ofrecer queso junto con los vinos para disimular su baja calidad.

 
 
 

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