top of page

OPINIÓN SCZgm 09/09/2025


ree



Pablo Pizarro. Revista Moscatel.




ree

La cadena vitícola, liderada por el valle central de Tarija, junto a Camargo, Villa Abecia y Samaipata, está experimentando una metamorfosis gracias al esfuerzo colectivo de productores, enólogos, sommeliers y entusiastas que apuestan por la calidad.


El estado actual de la industria vitícola boliviana es una mezcla de logros notables y desafíos persistentes. Por un lado, el vino boliviano ha ganado un merecido reconocimiento en competiciones internacionales, destacándose por su expresión única derivada de terroirs de alta altitud. En paralelo, el singani, el destilado de uva emblema del país, ha comenzado a ganar protagonismo en mercados extranjeros, especialmente en Estados Unidos, donde su autenticidad y versatilidad lo están posicionando como un destilado premium.


En el ámbito de los consumidores, los amantes del vino y el singani en Bolivia están mostrando un creciente interés, sumando la enogastronomía, un movimiento que combina el placer del vino con la riqueza de la cocina local. Restaurantes y chefs bolivianos han comenzado a incorporar maridajes con vinos y singanis nacionales, celebrando la biodiversidad y los sabores autóctonos del país. Este enfoque no solo enriquece la experiencia culinaria, sino que también refuerza la identidad cultural boliviana en cada copa y cada plato.


Las proyecciones para 2025 son optimistas, pero requieren de una estrategia coordinada. Primero, es fundamental consolidar alianzas entre productores, instituciones gubernamentales y organismos internacionales para fomentar la apertura de mercados y el conocimiento. Segundo, la promoción del vino y el singani en ferias y eventos globales debe intensificarse, de modo que eduque al consumidor extranjero sobre las cualidades únicas de los productos bolivianos. Tercero, el turismo enológico y las experiencias en bodegas y viñedos podrían ser un motor clave para atraer visitantes nacionales e internacionales.


La industria vitícola de Bolivia está en un punto de inflexión. Con determinación, creatividad y una visión compartida, el país tiene el potencial de convertirse en un referente en Sudamérica.


La propuesta al 2025 es hacer del vino y el singani embajadores de Bolivia ante el mundo, como parte de su rica herencia cultural y su capacidad de superar las adversidades.

 
 
 
  • 27 ago
  • 4 Min. de lectura

OPINIÓN SCZgm 27/08/2025


ree



por Simon Sinek





ree

¿Qué define a un gran líder en el sector gastronómico? El teórico inglés de la gestión Simon Sinek sugiere que es alguien que hace que sus empleados se sientan seguros y los conecta con un círculo de confianza. Pero generar confianza y seguridad, especialmente en una economía inestable como la actual, implica asumir una gran responsabilidad.


INSPIRAR A LAS PERSONAS. 


Con el ambicioso objetivo de ayudar a construir un mundo donde la gran mayoría de las personas regresen a casa cada día sintiéndose realizadas con su trabajo, Sinek lidera un movimiento para inspirar a las personas a hacer las cosas que las inspiran.


Las perspectivas innovadoras y poco convencionales de Sinek sobre los negocios y el liderazgo han atraído la atención internacional y le han hecho merecedor de invitaciones para reunirse con una amplia gama de líderes y organizaciones, entre ellas: Microsoft, Mars, SAP, Intel, 3M, las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, miembros del Congreso de los Estados Unidos, varios gobiernos... más.


Para conseguir un mejor trabajo, puede que no necesites cambiar de trabajo. Hay algo que puedes hacer que no solo te ayudará a encontrar mayor plenitud, significado y satisfacción en tu carrera, sino que también ayudarás a quienes te rodean a crear lo mismo.


Sentimos nuestros mayores logros de éxito no cuando logramos algo para nosotros mismos. Sentimos nuestros mayores logros de éxito cuando ayudamos a otros a alcanzar una meta que les importa. Si quieres conseguir un mejor trabajo, ante todo, hazte cargo de tu propio destino. Si deseas sentirte más comprometido, realizado y feliz en el trabajo, conviértete en tu obsesión por ayudar a quienes te rodean a encontrar más compromiso, plenitud y felicidad en sus trabajos.


Créalo. No solo para ti. Créalo para quienes te rodean. Como dice el proverbio, cuando remas para cruzar el río con alguien, llegas tú mismo. Todos tenemos la oportunidad de elegir ser el líder que deseamos ser. Cuando elegimos estar presentes para servir a quienes nos rodean, nos convertimos en líderes. Sin importar nuestro rango, título o posición, nos convertimos en líderes. El único requisito para ser líder son los seguidores.


Un seguidor es alguien que voluntariamente elige ir a donde tú vas. Cree en ti porque tú crees en él. Confía en ti porque tú confías en él. Quiere ir a donde tú vas. No necesitamos dejar nuestro trabajo actual para crear uno mejor.


Podemos amar a quien tenemos. Y, si resulta que es más probable que nos sintamos realizados trabajando en otra empresa o iniciando algo propio, no hay problema. Si enfocamos nuestras carreras con el objetivo de ayudar a los demás, construiremos con éxito una comunidad de personas que nos respalden y, a su vez, encontraremos satisfacción y plenitud laboral, juntos.


2. Pide a la gente que contribuya

Una vez clara la visión, un líder eficaz pide a quienes creen en ella que encuentren maneras de impulsarla. Los líderes que prometen impulsar a la gente, a la empresa o a una nación son débiles. Y la razón es simple: es una promesa que no pueden cumplir. Los ejecutivos y los gobiernos no son lo suficientemente fuertes como para impulsar culturas enteras. Su responsabilidad es recordarnos hacia dónde nos dirigimos, allanar el camino, encontrar los recursos y apoyar a todos los que se han comprometido a impulsar la visión. Son los líderes de primera línea quienes hacen el trabajo pesado. Y eso es positivo. Les da a todos la sensación de estar contribuyendo a algo más grande que ellos mismos.


Cuando nuestros líderes no invitan a la gente a unirse (y solo se unirán si la visión es clara e inspiradora), la gente se cruzará de brazos y esperará que los líderes lo “arreglen”. Una receta segura para el fracaso y el descontento. Cuando, por el contrario, nuestros líderes nos piden ayuda, nos convertimos en emprendedores, innovadores y guardianes de la visión. Esto, a su vez, sienta una base sólida para que el trabajo avance más allá del mandato de cualquier líder.


3. Escucha el significado, no las palabras.

Cuando la gente exige algo, no significa que los líderes deban concedérselo. Lo que hacen los buenos líderes es esforzarse por comprender por qué la gente pide lo que pide. El voto del Brexit es un ejemplo perfecto. Demasiadas personas que votaron por la salida del Reino Unido de la UE no votaron realmente por el Brexit (la cantidad de búsquedas en Google tras la votación de “¿qué es la UE?” es una pista). Lo que la gente expresaba era un sentimiento de olvido.


Expresaban inseguridad por su futuro. Expresaban frustración por la desigualdad de ingresos. Este era un mensaje populista que expresaba incertidumbre por un futuro para el cual sus líderes no ofrecían ninguna visión. El problema es que algunos políticos con motivaciones políticas optaron por movilizar a la gente contra algo. Lo cual es mucho más fácil, pero cuidado con lo que deseas.


4. Considere este su último trabajo

Cuando un político está motivado para su reelección, lo notamos. Cuando un ejecutivo actúa para proteger su propia bonificación, lo notamos. Cuando un colega se esfuerza por progresar en su carrera a expensas de la nuestra, lo notamos. Y cuando un líder considera su contribución a nosotros y a nuestra visión como primordial, incluso si le cuesta una elección, una bonificación o un ascenso, entonces, y solo entonces, ese líder tendrá a su gente.


Lamentablemente, esto es una de las cosas más difíciles para los líderes. Sobre todo cuando el dinero, el poder y la fama entran en juego. Es difícil para un director ejecutivo priorizar a su gente cuando los modelos de compensación a menudo lo recompensan por ponerla en segundo plano (si acaso). Los grandes líderes preferirían sacrificar sus intereses para proteger la vida de su gente y nunca sacrificarían a su gente para proteger sus intereses.

 
 
 
  • 15 jul
  • 4 Min. de lectura

OPINIÓN / SOLO VINO 15/07/2025


ree



Por Tao Platón





ree

Si el vino tiene futuro, y mis hijos no acaban mirando una botella como yo un cenicero, es porque conecta con una generación que exige verdad.


Los jóvenes beben menos vino. Brindemos por ello. Puede sonar frívolo en este 2025 que no está siendo fácil. Llevamos un año en el que el patrón de precipitaciones está ocasionando una intensa presión de enfermedades, varios episodios de granizo y hay aún mucho stock sin vender en demasiadas bodegas. Sufrimos además las amenazas de guerra arancelaria y la presión de leyes anti-alcohol con aumento de impuestos en algunos países. Un ambiente de tormenta perfecta, incertidumbre y miedo. Y en medio de todo esto, los jóvenes beben menos vino… pero no es necesariamente una mala noticia.


Las soluciones propuestas suelen girar en torno a nuevas formas de comunicación, vinos bajos en calorías, vinos bajos en alcohol y cosas similares. No está claro que los jóvenes hayan sido más aficionados al vino en otras épocas. Ni siquiera está claro si está pasando en realidad. El experto en destilados François Monti, en su artículo Los jóvenes ya no beben, muestra mis mismas dudas: “Lo que más me llama la atención es que casi toda la narrativa alrededor del consumo de los jóvenes se basa en… nada”.


Monti analiza en su texto un informe recientemente publicado por Rabobank que aporta matices muy importantes sobre por qué la Generación Z bebe menos alcohol que las generaciones anteriores. Hay que tener en cuenta, a la hora de leer estadísticas, que al menos la mitad de los miembros de la Generación Z no tienen aún edad legal para consumir alcohol. Con este gran matiz, el informe señala que el consumo de la Generación Z se aproximará al de generaciones anteriores a medida que cumplan años y alcancen un nivel de vida similar. El Master of Wine Pedro Ballesteros lleva años señalando el mismo camino, “que dejen a los jóvenes ser jóvenes y ganarse la vida, que al vino ya llegarán”. El citado informe redunda en esta cuestión, los jóvenes gastan un porcentaje de sus ingresos similar al de generaciones anteriores, pero tienen (a día de hoy) menos ingresos.


Honore Comfort, vicepresidenta de Marketing Internacional del Wine Institute en California, ha estudiado los hábitos y motivaciones de consumo de la Generación Z. En conversación con Pauline Vicard en el podcast de Areni Global, señala que el vino nunca ha sido especialmente atractivo para veinteañeros, pero que el interés crece con la edad. Lo relevante, dice, es que esta generación socializa y aprende de forma distinta, y empieza a percibir que las relaciones digitales no son tan satisfactorias como les gustaría. Justamente ese deseo de conexión auténtica es lo que el vino puede ofrecer: “Te sientas con amigos, abres una botella. Es ese momento cara a cara”.


Más allá de las cantidades, parece claro que el momento de consumo está cambiando. No es un consumo habitual, rutinario, no sabemos si en el futuro seguiremos teniendo grupos de txikiteros, de barra en barra tomando vinos durante toda la mañana o si, como parece, el consumo será más deliberado, intencionado y ritual. En nuestra sociedad, el vino ha formado parte de todos los ritos de la vida, la muerte, el amor y la vida después de la muerte. Puede que los rituales modernos donde aparezca el vino no versen ya sobre la vida después de la muerte, pero sí lo harán en los de la conexión humana. Son estos jóvenes, con estos valores, con la inquietud de aprender, viajar, conocer, que consumen de manera consciente, que quieren ser parte de algo auténtico, a los que el vino va a dar la bienvenida.


María Ángeles Quesada, en su libro La Virtud de Pensar, pensamiento crítico para tiempos revueltos, explica que lo más importante a la hora de resolver un problema es hacerse la pregunta adecuada. El sector busca soluciones en el marketing y en nuevos productos para conectar con este nuevo grupo generacional, pero ¿y si la pregunta estuviese mal formulada?


¿Qué pasaría si en realidad los jóvenes nos estuviesen empujando a plantearnos cuál es el papel que queremos que cumpla el vino en la sociedad y cómo queremos que sea el sector del futuro? Hemos vivido décadas en las que priorizamos reestructurar nuestros viñedos para producir más y más barato. Una espiral que ha acabado con un mercado saturado de vino, muchas veces poco atractivo. No fuimos capaces de defender el valor del mundo rural ni la dignidad de nuestros viticultores. Si hay un cambio de paradigma en el consumo, si el consumo va a disminuir, pero va a ser más consciente, aprovechémoslo.

 

Hagamos de este un sector de futuro, sostenible, atractivo, auténtico. Bebamos menos, bebamos mejor. El vino va a seguir siendo relevante si escuchamos lo que los jóvenes nos quieren decir. Elisa Errea, CEO de The Wine Studio y The Human Studio, se posiciona en el mismo sentido: “Tenemos una necesidad real de conectar con valores humanos, y el vino siempre ha estado ligado a ellos”. El vino es una expresión de socialización en un mundo que necesita conectar de nuevo. Brindamos para celebrar, para cerrar tratos, para crear vínculos. Bebiendo vino, compartimos momentos, charlamos, reímos o lloramos juntos. Da placer organoléptico y placer estético. Podemos aprender de geografía, de ciencia, de artesanía, de técnica, de cultura y de historia bebiendo vino. Estos valores los representa el vino de calidad, o en palabras de Pedro Ballesteros, el vino fino, aquel que aporta cultura, identidad y una experiencia que va más allá del consumo.

 

Si el vino tiene futuro, y mis hijos no acaban mirando una botella como yo miro un cenicero, es porque conecta con una generación que exige verdad, autenticidad, conciencia y propósito. Esta es la oportunidad que creo necesita el sector para situarse mirando al futuro y es lo que debemos aprovechar.



 
 
 

COPYRIGHT ©2025, SCZ Gourmet Magazine. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

Desarrollada por ACADEMIA BOLIVIANA DE GASTRONOMÍA Y DEL VINO.

bottom of page