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  • 6 may
  • 2 Min. de lectura

SoloVINO 06/05/2025


Cómo se elabora un vino desde la viña hasta la copa. Detrás de cada copa de vino hay una historia de paciencia, conocimiento y arte. Desde la vid que brota en primavera hasta el brindis final, el vino atraviesa un proceso largo y fascinante.


Entender cada una de sus etapas no solo permite apreciar mejor lo que bebemos, sino también reconocer el trabajo y la pasión que hay en cada botella.Este es el viaje del vino, paso a paso.


1. LA VID: ORIGEN DE TODO


Todo comienza en el viñedo. La calidad del vino depende, en gran medida, del cuidado de la vid y del tipo de suelo donde crece. Factores como el clima, la altitud y la variedad de uva son fundamentales.




2. VENDIMIA: MANUAL O MECÁNICA


La vendimia puede realizarse a mano, para una selección más cuidadosa de las uvas, o de forma mecánica en grandes producciones.


En ambos casos, el objetivo es trasladar la uva a la bodega lo más rápido posible para evitar su deterioro.


En algunas regiones, se vendimia de noche para preservar mejor los aromas y evitar la oxidación.


3. DESPALILLADO, ESTRUJADO Y MACERACIÓN


Una vez en la bodega, las uvas pasan por el despalillado (separar las bayas del raspón) y el estrujado (romper ligeramente las uvas para liberar el mosto).


En los vinos tintos, este mosto se deja en contacto con las pieles durante la maceración, lo que aporta color, taninos y aromas.


En los blancos, se suele evitar el contacto prolongado para mantener frescura y ligereza.


4. FERMENTACIÓN: DONDE NACE EL VINO


La fermentación alcohólica transforma los azúcares de la uva en alcohol, gracias a las levaduras naturales o seleccionadas.


Este proceso puede durar desde unos pocos días hasta varias semanas, dependiendo del estilo de vino que se busque.


En algunos casos, como los grandes tintos, se realiza una segunda fermentación, llamada fermentación maloláctica, que suaviza la acidez y aporta cremosidad.


5. CRIANZA: EN BARRICA, EN DEPÓSITO O EN BOTELLA


Una vez fermentado, el vino puede madurar en distintos recipientes: depósitos de acero inoxidable, barricas de roble o incluso ánforas de arcilla.


El tiempo de crianza moldea el carácter del vino: puede aportar notas de vainilla, tostados o especias en barrica, o mantener una expresión más fresca y frutal si se cría en acero.


6. EMBOTELLADO Y AFINADO



Antes de embotellar, el vino suele clarificarse y filtrarse para eliminar impurezas.


Luego se embotella y, en algunos casos, se deja reposar en botella durante meses o incluso años, afinando sus aromas y redondeando sus sabores.


7. DE LA COPA AL BRINDIS


Finalmente, el vino llega a nuestras copas, listo para ser disfrutado. La elección del momento de servicio, la temperatura adecuada y la elección de la copa pueden realzar aún más sus cualidades.


Cada sorbo es el resultado de un trabajo minucioso que comienza en la viña y culmina en nuestra mesa.


Elaborar vino es conjugar naturaleza, técnica y sensibilidad. Un proceso donde cada detalle importa y donde el tiempo, como en las mejores cosas de la vida, juega un papel esencial.


FUENTE: LA VANGUARDIA

SoloVino 22/04/2025



Servir y conservar un vino parece sencillo, pero a menudo cometemos errores que afectan su aroma, sabor e incluso su longevidad. La buena noticia es que la mayoría son fáciles de evitar con unos cuantos gestos simples. Hoy en SCZgm te explicamos cuáles son los más comunes y cómo hacerlo bien para disfrutar cada botella como se merece.




1. SERVIRLO A LA TEMPERATURA EQUIVOCADA


Uno de los errores más habituales. Un vino tinto demasiado caliente puede volverse pesado y alcohólico; uno blanco demasiado frío pierde sus aromas


.¿Cómo evitarlo?

  • Tintos: entre 15 y 18 °C.

  • Blancos y rosados: entre 8 y 12 °C.

  • Espumosos: entre 6 y 8 °C.Un pequeño termómetro para vino puede ser un gran aliado.


2. LLENAR LA COPA HASTA EL BORDE



Cuando llenamos demasiado la copa, impedimos que el vino se oxigene y liberamos menos aromas. Además, dificulta agitarlo sin derramar.


¿Cómo evitarlo? 

Llena solo un tercio de la copa. Así puedes mover el vino y apreciar mejor su evolución en nariz y boca.


3. NO USAR LA COPA ADECUADA


No todas las copas son iguales. El tipo de cristal, su forma y tamaño influyen mucho en la percepción del vino.


¿Cómo evitarlo? 

Elige copas de cristal fino, de forma alargada (tipo tulipán) y con boca ligeramente cerrada. Mejor una copa universal de vino que una copa incorrecta.


4. GUARDARLO EN LA COCINA O EN UN LUGAR INESTABLE


El vino es muy sensible a la temperatura, la luz y las vibraciones. Guardarlo cerca del horno o sobre el frigorífico puede acortar su vida útil.


¿Cómo evitarlo? 

Conserva las botellas en un lugar fresco, oscuro y con temperatura constante (idealmente unos 12–15 °C). Si es posible, en posición horizontal para mantener húmedo el corcho.


5. USAR SACACORCHOS DE BAJA CALIDAD



Un mal sacacorchos puede romper el corcho o, peor aún, dejar restos en el vino.


¿Cómo evitarlo? 

Invierte en un buen sacacorchos de dos tiempos (el clásico de sumiller) o, si prefieres algo más sencillo, en un sacacorchos de palanca.


6. OLVIDAR DECANTAR (CUANDO ES NECESARIO)


Algunos vinos jóvenes o tintos con mucha estructura necesitan airearse para expresar todo su potencial.

¿Cómo evitarlo? 

Si el vino es muy tánico o cerrado en nariz, decántalo o, al menos, sírvelo en copa y déjalo respirar unos minutos

.


7. DEJAR EL VINO ABIERTO SIN PROTECCIÓN


Una vez abierta, la botella comienza a oxidarse y puede perder calidad en cuestión de horas.


¿Cómo evitarlo?

Cierra la botella con su propio corcho o usa tapones especiales al vacío. Guarda el vino en el frigorífico, incluso los tintos, para alargar su vida uno o dos días más.


Un gran vino merece pequeños gestos de cuidado. Corrigiendo estos errores, no solo conservamos mejor cada botella, sino que también potenciamos su verdadero carácter en cada copa.

  • 25 mar
  • 3 Min. de lectura

SoloVINO 25/03/2025


Gracias al análisis de datos, la IA pudo establecer qué zonas y cuáles eran las mejores cepas que se producen de esta popular bebida que llegó al continente en el siglo XV.


El vino es una de las bebidas más consumidas socialmente, diversos fabricantes y consumidores impulsan una industria que genera millones de dólares. Sudamérica no es la excepción y grandes viñedos son exportadores de apetecidos vinos que acompañan lujosas cenas y celebraciones, pero ¿en algún momento has pensado cuál es el mejor vino de esta parte del continente?


Para responder esta pregunta, la inteligencia artificial (IA) analizará datos y reseñas para dar su veredicto respecto al país o naciones del sur del continente que fabrican y exportan el mejor vino de la región.



Una de las regiones más reconocidas a nivel mundial por la calidad de sus vinos es Mendoza, en Argentina. Esta provincia es la principal productora de vino en el país, representando alrededor del 70% de la producción nacional. El vino Malbec, una cepa francesa que fue adoptada con éxito en Mendoza a mediados del siglo XIX, es la estrella de la región.


En recientes clasificaciones, como la lista de los mejores vinos de 2022 publicada por la revista Wine Enthusiast, Mendoza ha vuelto a demostrar por qué es la cuna del mejor vino de América Latina, con varias de sus bebidas entre las más destacadas.



Chile, por su parte, es otro de los grandes competidores en el mercado de vinos de calidad. En particular, el Valle Central es la región que más se destaca, con una producción diversa que incluye cepas como la Cabernet Sauvignon, la Merlot y la emblemática Carmenère.



Esta última uva, originaria de Francia, es prácticamente exclusiva de Chile, donde se ha logrado desarrollar y perfeccionar debido a las condiciones naturales del país.



El Valle del Maipo, dentro del Valle Central, es uno de los lugares más prestigiosos para la producción de vino de calidad. Con una combinación de clima mediterráneo y suelos fértiles, esta región ha logrado posicionarse entre las mejores del mundo. A diferencia de Mendoza, que depende en gran medida de la Malbec, Chile se distingue por la riqueza y diversidad de sus cepas.


Herramientas de IA son capaces de analizar miles de variables en la vinificación: desde la composición química de la uva hasta las condiciones climáticas en las que se cultivan las vides, pasando por el proceso de fermentación y el envejecimiento del vino.


Con la ayuda de la inteligencia artificial, se analizan miles de variables para identificar las mejores regiones vinícolas de Sudamérica, destacando a Mendoza y el Valle Central como los grandes competidores.


Todo esto permite ofrecer un análisis más detallado y preciso, que a su vez ayuda a determinar cuáles son los mejores vinos. A través de un sistema de análisis masivo de datos, la IA puede procesar información de bodegas, catas, recomendaciones de expertos y resultados de competiciones internacionales. De esta manera, se ofrece un panorama más amplio y detallado sobre la calidad del vino en diversas regiones.


De acuerdo con Florencia Rey, sommelier del restaurante Maido en Perú y profesora de Scoolinary, las primeras vides llegaron a América Latina con los colonizadores españoles, y la producción en la región comenzó con fuerza en Perú durante los siglos XV y XVII.


Sin embargo, con el tiempo, otras regiones como Chile y Argentina comenzaron a destacar. A medida que las técnicas de cultivo y las variedades de uvas se perfeccionaron, Argentina, por ejemplo, pasó a ser la mayor potencia vitivinícola de la región, especialmente con su emblemática cepa, la Malbec.


El vino de América, en particular el de la zona sur del continente, sigue siendo un referente en la producción mundial. Sin embargo, ahora con el apoyo de la inteligencia artificial, es posible corroborar de manera más precisa y efectiva cuáles son los mejores exponentes de la región: Chile y Argentina.


Fuente: INFOBAE

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