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“CALÇOTADA” UNA GRAN EXPERIENCIA

07/03/2024 GastroTEST


El calçot — manjar típico por excelencia de la gastronomía catalana— es una cebolla blanca y tierna, originaria de la región de Valls (Tarragona). En la actualidad se cultiva prácticamente en toda Cataluña, en distintas zonas de España e incluso en el extranjero. En Santa Cruz se intentó cultivar este producto de la huerta, por Finca Manantial sin conseguir los resultados esperados.


Si bien no tenemos en nuestra tierra este vegetal original, podemos realizar este plato con vegetales similares como puerros finos, cebollines y otros tipos similares.


Los calçots se consumen en una fiesta llamada calçotada que, como otras tantas tradiciones, tiene su temporada óptima: el mejor momento para disfrutar de una calçotada son los meses de invierno, especialmente desde noviembre hasta abril.


En torno a la calçotada se ha generado una importante industria turística que cumple sobradamente con las expectativas del visitante.


Idealmente, la leña que se utiliza debería ser rama de viña seca del año anterior, ya que ésta permite que los calçots se hagan adecuadamente y el sabor que desprende sea más auténtico.


Una vez que los calçots están listos, cuando están totalmente negros en su parte externa, entonces se retiran de la parrilla y se envuelven en papel de periódico. De esta manera mantendrán el calor hasta el momento en que se disfruten. Después, se sirven sobre una teja bien caliente y se consumen mojándolos en una salsa romesco.


A continuación, igualmente importante es la carne a la brasa y demás acompañamientos que se toman, donde se incluye cordero, butifarras, alcachofas a la brasa, patatas asadas, judías blancas… Regado con un burbujeante cava, el final de la comida se cierra con una crema catalana.


Una gran fiesta colectiva y que marca muchos aspectos de la cultura popular del país catalán.


SALSA RUMESCU


Ingredientes


2 tomates grandes maduros

2 ñoras

1 cebolla grande

3 dientes de ajo

75 g de almendras peladas

50 g de avellanas

50 g de nueces

2 rebanadas de pan

75 ml de aceite de oliva virgen extra

20 ml de vinagre de Jerez

Sal (al gusto de cada casa)


Preparación de la base de la salsa romesco:


Ponemos las ñoras en un cuenco con agua caliente para que se rehidraten. Las dejaremos unos 30 minutos, hasta que estén totalmente hidratadas. Reservamos.


Pelamos la cebolla y colocamos los tomates, la cebolla y los dientes de ajo en una fuente apta para horno. Horneamos, con el horno previamente caliente a 180º C, durante 30 minutos, hasta que las verduras estén asadas. Para evitar que los tomates puedan reventar, les daremos un corte superficial en la piel.


Mientras las verduras se cocinan, preparamos el resto de ingredientes. Retiramos las ñoras del agua y eliminamos las semillas interiores. Con la punta de un cuchillo o una cucharilla, vamos separando su carne interior.


Tostamos las avellanas en una sartén y les retiramos, en lo posible, la piel exterior. Tostamos las almendras y las nueces en una sartén durante unos minutos. Una vez cocinadas las verduras, pelamos los tomates y los dientes de ajo.


Trituración y presentación final de la salsa romesco:


Tenemos dos recetas tipo, una con y otra sin mortero (la express con batidora). Si queréis prepararla como se hacía antaño, debéis darle al mortero. Un poco de paciencia y siguiendo el listado de ingredientes que os comento en el siguiente paso.


En este caso, lo hemos preparado en la versión express, con la batidora. Es mucho más sencilla de preparar; en el vaso de la batidora añadimos la carne de las ñoras, las avellanas, las nueces y las almendras.


Agregamos el pan troceado, los tomates, la cebolla y los dientes de ajo troceados. Agregamos una pizca de sal, el vinagre de Jerez y parte del aceite.


Trituramos mientras vamos incorporando el resto del aceite hasta conseguir una crema ligada y lo más fina posible.


Si nos queda una salsa demasiado espesa, podemos añadir algo más de aceite de oliva virgen extra. En casa nos gusta así, que agarre bien el calçot, pero va por gustos, puede ser más suelta con un poco de líquido. Probamos el romesco y rectificamos normalmente con un toque de sal. ¡Y ya está! Esta sería la famosa salsa catalana.


En un momento tenemos lista esta estupenda salsa, tan tradicional como acompañamiento de los típicos calçots o de cualquier tipo de pescado o verdura a la parrilla.



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